Cada lugar
tiene su historia, y la historia de recónditos parajes o ciertos lugares rurales rara
vez quedan escritas en libros oficiales, por el contrario, las historias se van
transmitiendo de manera oral de generación en generación, muchas veces con agregados
particulares que en ocasiones enriquecen la historia y en otras la van
desvirtuando hasta transformarla en una nueva historia distinta de la original,
y quizás con el mismo grado de veracidad que aquella.
La historia
de La Laguna de la Escoba es un caso de estos, cuentan los memoriosos ( quienes recibieron el relato de boca de sus ancestros),
que algunos años antes del 1900 una gran sequía azotó la zona, eran tiempos donde
muchos caminos eran trazados por el tránsito de los carruajes de colonos y
vendedores ambulantes que recorrían la zona.
En ese año la
laguna se había secado completamente y mucha gente acortaba camino pasando por
encima de la misma (situación que volvería a repetirse a fines de la década del 40 ).-
Los
vendedores ambulantes que recorrían las chacras eran llamados comúnmente “turcos”,
ellos eran inmigrantes provenientes de
medio oriente que recibían todos el
mismo apelativo, sean ellos libaneses, Sirios , Armenios o realmente turcos,
para el caso no importaba el país de
origen sino su lengua, rasgos , vestimenta y costumbres
similares.
En esa época eran varios los “turcos” que recorrían la zona, cierto día, un vendedor
ambulante que iba con su carro tirado por un caballo, y que decidió pasar por un sector de la laguna seca,
encaja una de sus ruedas en un jagüel en medio del trayecto, con mucho esfuerzo (eran personas de gran porte físico y mucha fuerza ) logra sacar la
rueda del pozo y para evitar que otros pasen por la misma situación, deja clavada en el lugar una de las escobas que llevaba para la venta a manera de señal y como prevención para
quienes pasaran por allí, la misma permaneció mucho tiempo en el lugar
dando origen al nombre de la laguna.